La ciudad quiere poner en valor su entorno natural, promoviendo su conocimiento y valoración entre los ciudadanos. | J.R.
La ciudad de Inca está sumergida en un continuo proyecto de modernización. Desde una situación privilegiada, tanto por su situación geográfica como por su potencial humano, comercial e industrial, la capital del Raiguer tiene recursos más que sobrados para colocarse a la vanguardia de una nueva sociedad, que, más que una ilusión de futuro, es un presente indispensable.
La movilidad sostenible es una prioridad para todo el equipo que lidera el alcalde Virgilio Moreno. Todas las áreas tienen presentes las premisas medio ambientales, que comienzan por esa forma de desplazarse inteligente y respetuosa. Si ya el Ajuntament ha adquirido varios vehículos eléctricos o híbridos y tiene en proyecto ampliar esta flota, sus pretensiones van más allá y se extienden tanto al transporte privado como público.
Varios edificios públicos tendrán instalaciones fotovoltaicas para favorecer las energías limpias y sostenibles
En ambos se favorecerá el uso de energías limpias y se tratará de evitar en lo posible el uso de combustibles fósiles, cuya tendencia a medio o largo plazo es desaparecer por completo de la cuidad. Las energías limpias llegan también al consumo general, con la implantación de dispositivos de generación en varios edificios públicos y diversos espacios, en los que las placas fotovoltaicas serán protagonistas.

CIUDAD ACTIVA
En cuanto a medidas concretas, destacan varias que serán punteras en la Isla. Inca será el primer municipio de Mallorca en disponer de un servicio de limpieza viaria en el que los vehículos y herramientas serán eléctricos. De la misma manera se garantiza que toda la electricidad que se consuma por el servicio procederá de energías renovables. Los espacios públicos también recibirán una amplia atención, mediante campañas como la presentada recientemente y que tiene como objetivo concienciar a los ciudadanos de la importancia de tener unas calles limpias y cuidadas con la colaboración de todos.
El entorno de la ciudad tiene aún un carácter agrícola que se quiere potenciar con todo tipo de actuaciones
El entorno de la ciudad tiene un carácter aún marcadamente agrícola, que contrasta con la modernidad de sus infraestructuras y servicios. Para que este entorno se vea potenciado una de las iniciativas es el Banco de Tierras, que realiza acciones desde el nivel escolar, pasando por el rendimiento de los cultivos, el relevo generacional o las alternativas socio económicas. Una vez en marcha promoverá la recuperación de la tradición agrícola, el uso de fincas abandonadas, la valoración del paisaje y la promoción de productos de kilómetro 0.

PLAN GLOBAL
La sostenibilidad se gestiona en la ciudad con un tratamiento global y se parte de la difusión de los valores ecologistas mediante campañas dirigidas a concienciar de lo beneficiosos de las buenas costumbres medio ambientales, como Inca, posa’t verda! o Amb l’aigua, sumes o restes?, que incide sobre la buena gestión de este recurso cada vez más escaso e importante y plantea a los ciudadanos su implicación.
La movilidad es la materia sobre la que Inca tiene una mayor asignatura pendiente y desde el consistorio se trabaja activamente para hacerla más inteligente, realista y eficiente. El uso del vehículo privado, según estudios del propio Ajuntament, ha crecido en los últimos años hasta un 15 %, estando por encima de los desplazamientos a pie y del transporte público. El primero ha descendido justo en la misma medida que ha aumentado el uso del coche, quedando el transporte colectivo en cifras similares con el paso de los años. Esta tendencia está dentro de la media de cualquier otra ciudad, pero para los responsables políticos es especialmente preocupante.
Los peatones se verán afectados positivamente por la propuesta de adopción de medidas como la ampliación de las zonas peatonales, la consolidación de los ejes cívicos, una red de itinerarios escolares o la supresión de barreras arquitectónicas. En los últimos años la pacificación del centro de la ciudad ha llevado a la creación de un gran número de zonas de aparcamiento disuasorio, al tiempo que se intenta que la bicicleta sea cada vez más un medio de transporte con posibilidades de presentar una opción realista. Se está planteando la necesidad de una buena red de carriles bici, el aumento de aparcamientos específicos para ellas, un sistema de bicicletas públicas o la integración de estas en la flota de vehículos municipales. Todos estas y muchas más ideas se recogen en el Pla de mobilitat urbana sostenible d’Inca, que es buen indicio de la preocupación del consistorio por realizar una conversión hacia la sostenibilidad lo más rápida, eficiente y adecuada posible.